El problema de la salud visual en cifras

Escrito por: Proyecto Lumen24 febrero 2012

Los defectos refractivos (miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia, etc.) hacen que la retina reciba una imagen desenfocada. Afectan a personas de todas las edades y de todos los grupos étnicos, representan la causa principal de las discapacidades visuales.

Los defectos refractivos (problemas de la óptica ocular corregibles con lentes) y las “oftalmopatías” (enfermedades de los ojos), causas de morbilidad ocular, aunque no representan un tema prioritario a tratar entre los planificadores del sector salud, son factores determinantes para el desarrollo del proceso de superación de la pobreza. Los servicios de atención visual en los países en vías de desarrollo, están siempre concentrados en los núcleos urbanos más importantes, en nuestro contexto sus costos son altos y poseen baja accesibilidad (aproximadamente 1 mes es la velocidad de respuesta promedio en el caso de oftalmología)

En los casos de aquellas personas que viven en zonas alejadas de los centros de salud, los costos de transporte que deben abonar para trasladarse convierten a cualquier servicio de salud visual en algo inaccesible para  el sector más vulnerable de la sociedad.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su programa 2020 para la prevención de la ceguera, existen en el mundo aproximadamente 314 millones de personas que presentan discapacidades visuales a causa de  defectos refractivos no corregidos 43% y enfermedades oculares (cataratas 33% y Glaucoma 2%). De éstas, 45 millones son ciegas y del total de casos de ceguera en el mundo,más del 75% es evitable o curable. En el caso de la población infantil, alrededor del 80% de estas causas pueden prevenirse o tratarse.

Si tomamos como base 7000 millones de habitantes, tendremos que para hoy mismo cuando se habla de que ya la población alcanzó esta cifra, existen 366.1 millones de personas con deficiencias visuales graves y defectos refractivos no corregidos en el mundo, el 90% vive en países en vía de desarrollo. Sin incluir presbicia no corregida con la que se estima la cifra ascienda a 670 millones de personas. Según la OMS, (Programa 2020 para la prevención de la ceguera) para el año 2020 esta cifra se duplicará si no se toman las medidas adecuadas.

Si se considera que la tendencia de explosión demográfica en los PEVD es la mayor del planeta y que América Latina se encuentra en este contexto geo-económico, se deberá prever una alta incidencia de causas de morbilidad visual no atendidas. Aproximadamente un 90% de la carga mundial de discapacidad visual se concentra en los países en desarrollo.[1]

En América Latina, según la Organización Panamericana de la Salud, en su informe La Salud de las Américas 2007, (citado en la Cátedra UNESCO 2007) en muchos países Latinoamericanos y del Caribe, se calcula que por cada millón de habitantes 5.000 personas son ciegas y 20.000 personas tienen trastornos visuales, debido en gran parte a enfermedades prevenibles como catarata, glaucoma, etcétera. Todo lo anterior sin considerar presbicia, ni defectos refractivos no corregidos.

En LUMEN se asume a la pobreza como la gran enfermedad de la humanidad. Entendiéndola como un fenómeno estructural y multidimensional.  En este contexto identificamos la falta de acceso a los servicios de salud visual como uno de los componentes clave del “circulo vicioso de la pobreza”. La conjuncion de los elementos que conforman la estructura de la situación de pobreza, genera debilidad y hace más vulnerables a quienes lo padecen, pueden ocasionar una pérdida de oportunidades de educación y empleo, un descenso de la productividad y una calidad de vida mermada.

 




 

 

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